El Reencuentro de Eileen Ramsay

sábado, 10 de julio de 2010

Título: El Reencuentro
Autora: Eileen Ramsay
Género: Romántica adulta contemporánea
Editorial: Titania

Resumen:
ELLA QUERÍA OLVIDARLO TODO... Con un buen trabajo en Edimburgo, amigos, pretendientes y una vida social animada Sophie se cree a salvo de los recuerdos. No le cuesta mucho olvidar la vida de lujo y aventura que llevó junto a Raffaele, acompañándole por toda Europa a sus famosos conciertos. Lo que la atormenta de verdad es el recuerdo de sus ojos verdes, la ternura de sus manos. Pero no puede perdonarle su falta de fe, su sospecha cuando la madre de él, la altiva condesa de Nardis, la acusó de un crimen vergonzoso y terrible. Quizás ha llegado el momento de poner las cosas en claro, de saldar cuentas con todos los que mintieron cinco años atrás, como su hermana Ann, con los que no quisieron ver, como sus padres, con los que no tuvieron fe en su amor, como Raffaele... o quizá con ella misma.

...PERO ÉL NO IBA A PONÉRSELO FÁCIL. Raffaele fue siempre un ángel, un ser tocado por la gracia divina. Hermoso e inteligente, su talento como pianista le ha supuesto fortuna y fama internacional. Para su madre, la condesa, fue siempre un regalo, la respuesta a los años de sufrimiento que padeció durante la guerra, siendo niña. Pero para Sophie era sobre todo un hombre, el hombre al que entregó su corazón. Cinco años después de su separación, Raffaele sigue triunfando en todo el mundo, y se rodea de mujeres deslumbrantes y refinadas. Pero para sorpresa de todos, desde hace un tiempo incluye en sus conciertos una sinfonía fuera de repertorio, un código secreto que sólo comparte con una mujer. Sabe que, si en algún lugar ella la está escuchando, sabrá que él está pensando en ella.


Un fragmento del libro:
Cada verano desde hacía ya muchos años, cuando su padre había sido destinado a trabajar como contable del gobierno en la base naval de La Spezia, su familia alquilaba una casa en la parte alta de las colinas que rodeaban la ciudad, y hoy había ido en bicicleta hasta la playa en Lerici; estaba acalorada, llena de polvo y transpirada, y lo único con que soñaba era una limonada helada en un vaso grande y empañado. Pero en vez de encontrar una mesa en la sombra se quedó paralizada, pues allí, sentado sobre el muro, había una aparición. Era alto, delgado y llevaba pantalones de deporte de un blanco prístino, y camisa azul. Estaba bastante quieto, observando la flotilla de barcos que descansaban tranquilos en las aguas protectoras de la bahía. Primero percibió su cara, pues era hermosa, y después sus manos, y mientras las miraba la atravesó un escalofrío que no entendió. Parecía, pensó, una de aquellas estatuas que rodeaban la plaza de Florencia, excepto que llevaba más ropa puesta, y su cabello era más largo, ya que le pasaba el cuello de la camisa. Un ángel, eso era; en todos los cuadros los ángeles tienen el pelo largo.
Se rió cuando se dio cuenta de que la figura la observaba, lo cual demostró que no era ni una estatua ni un ángel, sino un hombre, y ella era lo suficientemente mujer como para no ofenderse o acobardarse, avergonzada como una niña.
—Lo sé —dijo ella, interpretando que se reía de su aspecto sucio y acalorado—. Es por vanidad. ¿Puedes creer que he llegado en bicicleta, por el camino, hasta aquí? —Hizo un gesto señalando las colinas con sus brazos, que estaban pálidos y todavía rellenitos por la gordura de la infancia.
—¿Vanidad, signorina? —preguntó, mientras miraba con sus ojos negros esa cara sucia con una leve sonrisa limpia de maldad.
—He tenido un año espantoso de pesada comida escocesa y estudios. Los exámenes te hacen engordar. —Obedeció el breve gesto de su mano y se sentó en el muro junto a él, aunque en su cabeza la voz de su padre comenzaba a reprenderla. No iba a ser la primera vez que ignorara esa voz preocupada—. He decidido adelgazar este verano en Toscana yendo en bicicleta a todas partes.
—Felicito tu dedicación —dijo él e hizo un gesto hacia un camarero que rondaba—. ¿Una limonada, signorina, o algún helado maravilloso?
Ella estaba furiosa; él pensaba que era una niña pequeña.
—No soy una niña, signore, y puedo comprar mi propia limonada, o incluso cerveza si quisiera —terminó bravucona.
Él inclinó la cabeza, el cabello le cayó sobre la cara y despertó un fugaz recuerdo.
—Mi dispiace signorina. Esperaba que me acompañara con un helado, pero permítame invitarla a un refresco.
Por un momento se quedó sin respuesta mientras su cerebro intentaba encontrar el recuerdo que vagaba lejos de su alcance. No había manera.
—Realmente no suelo hacer esto —dijo unos minutos después mientras se sentaba con su limonada fría y, horrorizada, vio cómo sus polvorientos pantalones cortos habían manchado con polvo rojo los inmaculados pantalones de él. Rogó para que no lo advirtiera—. No es correcto, sabes, aceptar la hospitalidad de un extraño. Mis padres siempre nos están advirtiendo a mi hermana Ann y a mí.
—Pero ahora ya no seremos extraños. —Le dio la mano—. Soy Raffaele. ¿Tú?
—Sophie.
—Sophie. ¿Cómo estás?
Le levantó su mano y la acercó, polvorienta como estaba, a sus labios. Sus hermosos ojos, que no eran negros como los de los italianos, sino del azul profundo de las aguas lejanas de la bahía, le sonrieron por encima de su mano y, aunque no lo supo de inmediato, se había enamorado por primera vez.
Era fácil hablar con él y se sentía completamente cómoda. Pasó el tiempo pero, por fin, escuchando su voz con un pequeño acento y mirando los gestos de sus hermosas manos, comprendió que lo correcto era rechazar un segundo refresco. Y se levantó disponiéndose a marcharse.
Sus padres se pusieron tremendamente furiosos cuando más tarde les confesó que un extraño había puesto su polvorienta bicicleta en el asiento de atrás de su elegante coche deportivo y la había traído hasta casa.
—No estoy segura, pero creo que debía de haber sido un Ferrari, uno de esos fabulosos coches rojos.
Sus padres lo ignoraron.
—¿Quién es?
Pero ella no lo sabía. Sólo sabía que su nombre era Raffaele, y que siempre recordaría su cara y el calor y la resplandeciente luz junto al mar.
Raffaele, Raffaele, el arcángel.


Opinión de la “menda-lerenda”:
Todas sabemos cómo empiezan y terminan los cuentos de hadas y quiénes son sus protagonistas: “Érase una vez…”, “una chica humilde, un príncipe”, “fueron felices y comieron felices”. Pero, ¿realmente sabemos si años más tarde esa chica y ese príncipe siguen juntos? O por contra, ¿el príncipe ha intercambiado a la chica humilde por una princesa forrada hasta las calzas? ¿Quizás la chica humilde se ha fugado con el fornido jardinero que le da más marcha?

Bien, tengo buenas noticias, dejad de maltratar a vuestras neuronas intentando resolver dicho acertijo.

¡Este libro es la respuesta a esas preguntas!

Ella, Sophie Winter, (la chica humilde), una inglesa de familia media. Él, Raffaele de Nardis, (el príncipe), hijo menor de condes italianos. También un pianista reconocido mundialmente. Gabriella de Nardis, la condesa, la madre Raffaele (bruja nº1). Ann, hermana mayor de Sophie (bruja nº2). ¡Sí, este cuento tiene dos brujas malvadas! Y Zoë, hermana pequeña de Sophie (una traviesa hada).

Definidos los papeles ¡comienza la trama de esta novela!

En este cuento la chica humilde y el príncipe se conocieron, se enamoraron y se casaron. Sin embargo, cinco años más tarde, el divorcio les ha encauzado por distintos caminos… hasta que la traviesa hada con sus tejemanejes benévolos los reúne de nuevo.

No obstante, ¿qué ha ocurrido con el final feliz e imaginario con el que terminan nuestros cuentos de infancia? ¿Dónde se ha escondido el “amor” y el “felices para siempre”?

Queridas mías, la realidad es un hecho y la fantasía no consolida el amor. Distintos estatus sociales, demasiadas diferencias y errores irreparables.

Sin desvíos, esta historia da lugar cuando, cinco años más tarde, Zöe, la hermana pequeña de Sophie, se casa y su expreso deseo es hacerlo en la Toscana. Un lugar al que Sophie jamás volvió después de divorciarse de Raffaele. Es en la misma boda, en que tanto ella como él, vuelven a reencontrarse y todo sería perfecto, si él no hubiese aparecido acompañado de una exuberante cantante de ópera…

¡Decepcionante!

Pero bueno, a partir de ese instante, tanto la Toscana como el príncipe vuelven a la vida de nuestra “chica humilde” lo quiera o no. (Chica humilde, por decir algo, ya que ella trabaja en Edimburgo para un político y en un bonito piso…) Y pasado y presente se entremezclan para contar una bonita y triste historia de amor que ha marchitado el corazón de Sophie quien no ha podido rehacer su vida sentimental después de la ruptura de su matrimonio. Su príncipe y su amor la han marcado tanto que ni siquiera cinco años más tarde ha podido curar sus heridas y él continua atormentándola.

Al leer este libro, sincera e irremediablemente, se me activó la vena vengativa en defensa de Sophie. Él es atractivo, un caballero con clase y sex appeal, músico… ¡y hasta cocina! (al menos helados de melocotón y cafés, si entra en esta categoría…). Pero, entre nos, yo le habría hecho sufrir un poquito más. Por muy maravilloso que sea.

Veamos, el inicio de su romance es perfecto y él te hace suspirar y reír nerviosamente infinidad de veces como una colegiala. ¡Pero es muy obtuso en lo que respecta a su madre! (Algo malo tendría que caracterizarlo ¿no?) Bien, pues es lo peor. Porque precisamente es el principal causante del deterioro de su matrimonio.

Por una parte está la condesa, representado el típico perfil de suegra indeseable. A la que querrías que atropellase un tanque. Y la que no ve con buenos ojos a su nuera por no ser lo suficiente buena para su ojito derecho, su hijo menor. Lo dicho, bruja nº 1.

En cuanto a la bruja nº 2, Ann, no sé porqué Sophie no la mandó al Polo Norte hace mucho tiempo por muy hermana suya que sea. En serio, ¡esta mujer se gana el odio de esta lectora (y de cualquier otra) a base de bien!

El divorcio lo desencadena mucha mierda y, principalmente, dos personas. Llegan a un punto, arrastrando viejas circunstancias y cargando con nuevas, en que no hay nada que lo sostenga y se quiebra. Todo se va al garete y ella acaba muy malherida y sola. Se crea en ti una fuerte lealtad para con ella porque se esfuerza tanto y los únicos frutos de su trabajo y esfuerzo son amargas retribuciones que condicionan su felicidad.

Demasiados jóvenes también para darse cuenta de muchas cosas, sobretodo, por parte de él…

Además, volviendo al tiempo presente, no puede esperar que después de lo que le ha hecho pasar a ella, años más tarde, vuelva a querer conquistarla como si nada. Que él también lo ha pasado mal, lo comprendo. Pero es su principal culpa. Aunque sigue avanzando la narración y lo justifico. “Todos cometemos errores”.

En serio, este tipo es de los peligrosos. ¡Hay que estar alerta! Es tan fácil perdonarle por ser cómo es… Aish… es tan de ensueño…

Si conocéis a alguien como él, sabed no que son sus ex novias/amantes vuestro dolor de muelas sino ¡la madre! Ni se os ocurra quitarle el ojo de encima, es vuestro enemigo más letal!!!

En resumen, es la perfecta continuación para un cuento de hadas adaptado a la vida real. Que sabiendas de saber que todo irá mal, elegirías ese mismo camino porque, al fin y al cabo, los finales felices existen y las trabas superadas los refuerzan.

Haceos con este libro y permitíos soñar con príncipes de carne y hueso. Con sus defectos y virtudes. Porque cualquiera de nosotras quisiera ser la “chica humilde”, si ello condiciona la aparición de un “príncipe”.

Puntuación:
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De reformas...

viernes, 9 de julio de 2010

Gracias al solete de Cristina (una chica muy maja que acabo de conocer) de Palabras de Terciopelo ¡ya tengo una sección de afiliados como quería!
Bueno, en ello estoy....

¡Ah! Y también funciona bien la publicación de los comentarios, que ni me había enterado que no funcionaba del todo bien ¬¬ ....

Este fin de, subiré la próxima reseña ;)

Simplemente Irresistible de Rachel Gibson

miércoles, 7 de julio de 2010

Título: Simplemente Irresistible
Autora: Rachel Gibson
Género: Romántica adulta contemporánea
Editorial: Talismán

Resumen:
La bellísima Georgeanne Howard ha huido del altar al darse cuenta de que no quiere casarse con un hombre que podría ser su abuelo, por muy rico que sea. En la huida se topa con el atractivo John Kowalsky, que la ayuda a escapar sin percatarse de que en realidad la prófuga no es otra que la prometida de su jefe. Los dos se sienten mutuamente atraídos y pasan la noche juntos, incapaces de resistirse a la tentación. Pero este chico malo, que se encuentra en la cima de su carrera en el hockey, no pretende convertirse en el protector de nadie, salvo de sí mismo.

Cuando Georgeanne y John vuelven a encontrarse, ella se ha establecido en Seattle y ha tomado las riendas de su vida y él parece haber dejado atrás los días de desenfreno. Lo que John no se espera es descubrir que de aquella única noche que pasaron juntos nació una preciosa niña, Lexie. A la vez encantado y asustado por la noticia, el hombretón se esfuerza por entrar a formar parte de la vida de la pequeña. Georgeanne está encantada de cómo van las cosas en ese sentido, pero aunque ama a John desde el momento en que se entregó a él siete años atrás, quiere evitar a toda costa exponer de nuevo su corazón.

¿Habrá cambiado realmente el hombre que una vez la cautivó por completo? ¿Estará John dispuesto a darse una nueva oportunidad para demostrar que el amor que ahora siente puede durar para siempre?

Un fragmento del libro:
Teno una cometa.
—¿Sí?
—Sí, pero no puedo volarla. Mi mamá lleva sujetador pero no puede correr. —Meneó la cabeza con tristeza—. Y Mae no puede correr porque no lleva puesto el sujetador.
El silencio cayó sobre la mesa de picnic como una cortina pesada. John levantó la mirada a las dos mujeres del otro lado de la mesa. Ambas estaban paralizadas. Mae sostenía una aceituna negra a medio camino de la boca, mientras, Georgeanne sujetaba el cuchillo en el aire con el trozo de pollo a medio cortar. Tenía los ojos enormes y un brillante rubor le teñía las mejillas.
John tosió en su servilleta-conejo intentando disimular la risa, pero nadie dijo una sola palabra.
Menos Hugh. Él se inclinó hacia adelante, miró a Georgeanne y luego a su pequeña amiga.
—¿Es eso cierto, corazón? —le preguntó con una gran sonrisa.
Ambas mujeres bajaron las manos al mismo tiempo. Georgeanne siguió cortando con rigidez mientras Mae miraba a Hugh con el ceño fruncido.
Hugh o no vio el ceño de Mae o no quiso verlo. John, que conocía a su amigo bastante bien, apostaría por lo último.
—Siempre había tenido mis reservas sobre la liberación de la mujer —continuó—. Pero mira, he estado pensando en adherirme al movimiento NOW.
—Los hombres no pueden pertenecer a NOW —le informó Mae secamente.
—Ahí es donde te equivocas. Creo que Phil Donahue es miembro.
—Eso no es cierto —contravino Mae.
—Pues mira, si no lo es, debería serlo. Es más feminista que cualquier mujer que conozco.
—Dudo que reconocieras a una feminista aunque te mordiera el culo.
«Cavernícola» sonrió.
—Nunca me ha mordido el culo ninguna mujer, feminista o no. Pero me ofrezco voluntario si lo haces tú.
Cruzando los brazos, Mae dijo:
—Por tu falta de modales, el tamaño de tu cuello y el chichón de tu frente, es de suponer que juegas al hockey.
Hugh miró a John y se rió. Que le echaran mierda y que le resbalara era una de las cosas que más le gustaban a John de Hugh.
—«El chichón de mi frente». —Hugh se rió entre dientes volviendo a mirar a Mae—. Eso ha estado bien.
—¿Juegas al hockey?
—Sí. Soy el portero de los Chinooks. Y tú que haces, ¿entrenas pitbulls?


Opinión de la “menda-lerenda”:
Si hay algo seguro en una novela romántica adulta son dos cosas: la primera que habrá una historia de amor y pasión entre los protagonistas con un final feliz y la segunda cosa, no importa quién sea el protagonista ¡vas a querer pedírselo a Papá Noel por Navidades!

En este caso, con este libro, soñarás con jugadores de hockey. Sí, sí. Famosos, ricos, musculosos, deslenguados y seductores jugadores de hockey del siglo XX. Y, principalmente, aparecen dos en concreto John “Muro” y Hugh “Cavernícola” (portero de hockey que juega en el mismo equipo que John).

¿Qué contaros de la esencia de esta historia?

En sus primeras páginas, el libro nos sitúa en la boda de Georgeanne, una jovencita de 22, y Virgil Duffy, un viejo y rico forrado propietario de un equipo de hockey, los Chinooks. Es el mismo día de la boda ¿y qué ocurre? ¡Georgeanne entra en razón! Y, antes de que empiece la ceremonia, se larga por patas dejando plantado al novio, un tipo que podría ser su abuelo.

¡Chica inteligente!

¿Quién la ayuda a huir? Por supuesto, nuestro John. Claro que él no sabe que a quien ayuda a escapar es la prometida de su jefe… Ni siquiera sabe que en realidad está huyendo.

(Ojos que no ven, corazón que no siente).

De este encuentro de un par de días y por desconocimiento de Jonh, más adelante, nacerá Lexie. Y el ritmo de la historia acelera cuando, años más tarde (7, exactamente), John y Georgeanne se vuelven a reencontrar. Por esa época ella sale con otro tipo y él descubre el secreto de ella, Lexie. Su hija. Y, entonces, decide pelear por su custodia…

Claro que “Georgie” se pondrá histérica. A ninguna madre le haría gracia que el rollo de una noche vuelva a su vida para quitarle lo que más quiere. ¡Ni siquiera para compartirla! Aunque no le queda más remedio que aceptarlo (compartirla) sino quiere perder mucho más.

(Ya sabéis se consigue más moscas con miel que a palos.)

En consecuencia, John regresa a la vida de ambas chicas. Y normalmente el roce hace el cariño, pero, concretamente, en este caso, el roce crea tensiones sexuales que terminan consumándose.

Y, queridas mías, hasta puedo contar… No es plan estropearlos la novela.

El libro se lee de un tirón, es entretenido y divertido. También contiene dosis de sofocante sensualidad. Aunque destaco el personaje de la pequeña Lexie.

¡Un encanto de criatura! Sin duda, es la guinda que adorna el pastel. Con tal sólo 7 años, es una hipocondríaca declarada con unas enormes ganas de tener una mascota, fanática de MaxFactor. ¡Adoro a esta niña!

Esta pequeñaja es principal causante que harás que eches unas risas incluso que distingas esta novela romántica adulta de tantas otras. Un personaje muy necesario.

Por último, un consejo, chicas.

Poned un jugador de hockey en vuestras vidas. Y si no es posible, al menos, que en vuestras librerías no falte este libro.

Puntuación:

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Viviendo con el enemigo

sábado, 3 de julio de 2010

Título Provisional: Viviendo con el enemigo

Resumen: Del odio al amor sólo hay un paso pero aún cuando sobrepasas esa diferencia puede que todo no vaya bien. Porque nadie dijo que amar fuera fácil, porque nadie dijo que amar fuera sano. Pero cuando alcanzas el objetivo pisarás el Cielo en la Tierra.
¡Dale una oportunidad a una serie llena de juventud y ganas de vida! Déjate seducir por un playboy capaz de calar tu corazón, conoce a una chica un tanto rebelde que no está dispuesta a dejarse llevar por los latidos de su corazón y vive una historia llena de sorpresas, amor e infelicidad entre dos personas completamente dispares que poco tienen en común.

¿Serán capaces de llegar a ser felices algún día? ¿O todo quedará como un recuerdo tibio de una época pasada?

Estado: En redacción

Capítulos:
Primera parte
Segunda parte
Tercera parte
Cuarta parte

Observaciones: Empezó siendo un fic pero, en la actualidad, es la novela romántica juvenil en la que estoy trabajando y que quiero dejar terminada para final del verano.

Noches de Luna Roja

Título: Noches de Luna Roja

Sinopsis: Reinantes en el ocultismo las cuatro formas de la luna sobresaltan en la noche con su luz plateada y refulgente. Una vez al mes, en cuatro noches distintas, hacen acto de aparición. De forma coqueta, orgullosa de su porte, nos premia con su presencia. Glamurosa y majestuosa nos desafía a alcanzarla. Es la cara que muestra a la Humanidad y a los Hijos de la Noche. Sin embargo, oculta su mortífera esencia para otra especie más reducida. Las Criaturas. Seres incompletos y deformes de vida frágil y esencia poderosa que se desarrollan instintivamente. Para ellos, guarda el salvajismo. Su otra cara.


La historia da comienzo con el final del último curso en el instituto. Anabel, una estudiante que está a las puertas de selectividad y lo único que tiene en mente es cumplir con éxito su plan para conseguir al chico de quien está colgada.

Asimismo para Christian, el chico de quien anda enamorada Anabel, no parece que ella exista en su mundo. Pero todo cambia cuando ambos se encuentran una noche de luna roja y Christian le revela su secreto.

A partir de ese entonces, el mundo de Anabel se verá envuelto de oscuridad, sangre, dolor y amor. Apostando por sus sentimientos, ella estará dispuesta a hacer cualquier cosa porque Christian la mire. Incluso si es necesario vender su alma al Diablo, lo hará para quedarse a su lado. De lo que no es consciente son de las consecuencias que acarreará ese pacto... y de lo que arrastrará con ella.

Anabel es una adolescente terca, egoísta y orgullosa y su comportamiento la encarrilará por un descenso sin freno hasta chocar. Su inmadurez e ignorancia la harán perderse en un mundo, el cual, le es desconocido.

Estado: Finalizado

Capítulos:
Disponibles en nochesdelunaroja.com

Observaciones: Es la primera parte de una trilogía.

Un viaje más allá de la tristeza

Título: Un viaje más allá de la tristeza

Resumen: Las equivocaciones se terminan pagando. No siempre se es consciente del daño que se llega hacer hasta que se hace y es demasiado tarde para remediarlo. No obstante, éste, por efecto, termina repercutiendo en ti.

Estado: Finalizado

Capítulo:
Un viaje más allá de la tristeza

Observaciones: La escribí para participar en el concurso de Ana María Matute

La llave de la fortuna y la desgracia

Título: La llave de la fortuna y la desgracia

Resumen: No siempre una dicha puede acabar convirtiéndose en un final feliz mientras la codicia siga parasitando en el ser humano. (Esta historia se sitúa en la época romana).

Estado: Finalizado

Capítulo:
Observaciones: Escrita para un trabajo del instituto en 4º ESO.

La última luz

Título: La última luz

Resumen: 19 años después de la invocación de Suzaku….
Un nuevo libro, una nueva leyenda, un nuevo imperio, un nuevo Dios, y una nueva sacerdotisa. Todos ellos, dentro de la continuación de una aventura que renace de sus cenizas para crear un nuevo final en el mundo dentro del libro. Pero, ¿ese final es el que todos quieren? ¿Es un buen final? O por el contra, ¿es el final a la destrucción eterna? Aunque para lo que nadie está preparado, son para las consecuencias que acarrea esta guerra que da comienzo…

Estado: Fanfic Paralizado

Aishh... ¡qué desastre!

viernes, 2 de julio de 2010

Medio año que anda el blog un tanto desatendido.
Más de medio año tratando de reemprender un trabajo discontinuado.
¿Alguien conoce mi anterior blog?
Y mucho más de medio año queriendo un blog estable.

Lo sorprendente es que tenga 5 seguidores sin haberme esforzado! Guau!

En fin que aquí estoy en el balcón de mi casa aprovechando el airecillo fresco que corre teniendo en cuenta que este verano nos moriremos de calor y... ¡sin nada que hacer!

Bueno lo último es mentira.

Tendría que estar escribiendo pero después de una siestecita que he venido cansada y calurosamente agobiada del trabajo pues como que ni me centro. Así que, aquí me tenéis invirtiendo mi tiempo libre. Porque efectivamente el tiempo siempre lo consumimos eficientemente de tanto en tanto aunque no sea para lo que en un principio planeamos.

O quizás sea una forma simpática y disuasoria para no decir que me toco... las narices. Ya me autoculparé mañana cuando no vea cumplida mi resolución de no haber terminado de escribir el capítulo que tengo entre manos.

Que por cierto por la mañana me voy de compras a Bonaire y, si no apago por tercer sábado consecutivo el despertador y no vuelvo a casa muy molida, no me echaré otra siesta y podré seguir con mi planning.

Mmm... ya veremos que acabo haciendo este fin de... Espero que, al menos, algo productivo.

Y eso, ando por aquí, con intención de veranear en este rinconcito virtual. ¿Conseguiré mi propósito de levantar este blog una vez más cansinamente?



P.D.: ¡Creo que soy una de las pocas personas que aún no ha visto Eclipse! Hay que ponerle remedio con urgencia.