Simplemente Irresistible de Rachel Gibson

miércoles, 7 de julio de 2010

Título: Simplemente Irresistible
Autora: Rachel Gibson
Género: Romántica adulta contemporánea
Editorial: Talismán

Resumen:
La bellísima Georgeanne Howard ha huido del altar al darse cuenta de que no quiere casarse con un hombre que podría ser su abuelo, por muy rico que sea. En la huida se topa con el atractivo John Kowalsky, que la ayuda a escapar sin percatarse de que en realidad la prófuga no es otra que la prometida de su jefe. Los dos se sienten mutuamente atraídos y pasan la noche juntos, incapaces de resistirse a la tentación. Pero este chico malo, que se encuentra en la cima de su carrera en el hockey, no pretende convertirse en el protector de nadie, salvo de sí mismo.

Cuando Georgeanne y John vuelven a encontrarse, ella se ha establecido en Seattle y ha tomado las riendas de su vida y él parece haber dejado atrás los días de desenfreno. Lo que John no se espera es descubrir que de aquella única noche que pasaron juntos nació una preciosa niña, Lexie. A la vez encantado y asustado por la noticia, el hombretón se esfuerza por entrar a formar parte de la vida de la pequeña. Georgeanne está encantada de cómo van las cosas en ese sentido, pero aunque ama a John desde el momento en que se entregó a él siete años atrás, quiere evitar a toda costa exponer de nuevo su corazón.

¿Habrá cambiado realmente el hombre que una vez la cautivó por completo? ¿Estará John dispuesto a darse una nueva oportunidad para demostrar que el amor que ahora siente puede durar para siempre?

Un fragmento del libro:
Teno una cometa.
—¿Sí?
—Sí, pero no puedo volarla. Mi mamá lleva sujetador pero no puede correr. —Meneó la cabeza con tristeza—. Y Mae no puede correr porque no lleva puesto el sujetador.
El silencio cayó sobre la mesa de picnic como una cortina pesada. John levantó la mirada a las dos mujeres del otro lado de la mesa. Ambas estaban paralizadas. Mae sostenía una aceituna negra a medio camino de la boca, mientras, Georgeanne sujetaba el cuchillo en el aire con el trozo de pollo a medio cortar. Tenía los ojos enormes y un brillante rubor le teñía las mejillas.
John tosió en su servilleta-conejo intentando disimular la risa, pero nadie dijo una sola palabra.
Menos Hugh. Él se inclinó hacia adelante, miró a Georgeanne y luego a su pequeña amiga.
—¿Es eso cierto, corazón? —le preguntó con una gran sonrisa.
Ambas mujeres bajaron las manos al mismo tiempo. Georgeanne siguió cortando con rigidez mientras Mae miraba a Hugh con el ceño fruncido.
Hugh o no vio el ceño de Mae o no quiso verlo. John, que conocía a su amigo bastante bien, apostaría por lo último.
—Siempre había tenido mis reservas sobre la liberación de la mujer —continuó—. Pero mira, he estado pensando en adherirme al movimiento NOW.
—Los hombres no pueden pertenecer a NOW —le informó Mae secamente.
—Ahí es donde te equivocas. Creo que Phil Donahue es miembro.
—Eso no es cierto —contravino Mae.
—Pues mira, si no lo es, debería serlo. Es más feminista que cualquier mujer que conozco.
—Dudo que reconocieras a una feminista aunque te mordiera el culo.
«Cavernícola» sonrió.
—Nunca me ha mordido el culo ninguna mujer, feminista o no. Pero me ofrezco voluntario si lo haces tú.
Cruzando los brazos, Mae dijo:
—Por tu falta de modales, el tamaño de tu cuello y el chichón de tu frente, es de suponer que juegas al hockey.
Hugh miró a John y se rió. Que le echaran mierda y que le resbalara era una de las cosas que más le gustaban a John de Hugh.
—«El chichón de mi frente». —Hugh se rió entre dientes volviendo a mirar a Mae—. Eso ha estado bien.
—¿Juegas al hockey?
—Sí. Soy el portero de los Chinooks. Y tú que haces, ¿entrenas pitbulls?


Opinión de la “menda-lerenda”:
Si hay algo seguro en una novela romántica adulta son dos cosas: la primera que habrá una historia de amor y pasión entre los protagonistas con un final feliz y la segunda cosa, no importa quién sea el protagonista ¡vas a querer pedírselo a Papá Noel por Navidades!

En este caso, con este libro, soñarás con jugadores de hockey. Sí, sí. Famosos, ricos, musculosos, deslenguados y seductores jugadores de hockey del siglo XX. Y, principalmente, aparecen dos en concreto John “Muro” y Hugh “Cavernícola” (portero de hockey que juega en el mismo equipo que John).

¿Qué contaros de la esencia de esta historia?

En sus primeras páginas, el libro nos sitúa en la boda de Georgeanne, una jovencita de 22, y Virgil Duffy, un viejo y rico forrado propietario de un equipo de hockey, los Chinooks. Es el mismo día de la boda ¿y qué ocurre? ¡Georgeanne entra en razón! Y, antes de que empiece la ceremonia, se larga por patas dejando plantado al novio, un tipo que podría ser su abuelo.

¡Chica inteligente!

¿Quién la ayuda a huir? Por supuesto, nuestro John. Claro que él no sabe que a quien ayuda a escapar es la prometida de su jefe… Ni siquiera sabe que en realidad está huyendo.

(Ojos que no ven, corazón que no siente).

De este encuentro de un par de días y por desconocimiento de Jonh, más adelante, nacerá Lexie. Y el ritmo de la historia acelera cuando, años más tarde (7, exactamente), John y Georgeanne se vuelven a reencontrar. Por esa época ella sale con otro tipo y él descubre el secreto de ella, Lexie. Su hija. Y, entonces, decide pelear por su custodia…

Claro que “Georgie” se pondrá histérica. A ninguna madre le haría gracia que el rollo de una noche vuelva a su vida para quitarle lo que más quiere. ¡Ni siquiera para compartirla! Aunque no le queda más remedio que aceptarlo (compartirla) sino quiere perder mucho más.

(Ya sabéis se consigue más moscas con miel que a palos.)

En consecuencia, John regresa a la vida de ambas chicas. Y normalmente el roce hace el cariño, pero, concretamente, en este caso, el roce crea tensiones sexuales que terminan consumándose.

Y, queridas mías, hasta puedo contar… No es plan estropearlos la novela.

El libro se lee de un tirón, es entretenido y divertido. También contiene dosis de sofocante sensualidad. Aunque destaco el personaje de la pequeña Lexie.

¡Un encanto de criatura! Sin duda, es la guinda que adorna el pastel. Con tal sólo 7 años, es una hipocondríaca declarada con unas enormes ganas de tener una mascota, fanática de MaxFactor. ¡Adoro a esta niña!

Esta pequeñaja es principal causante que harás que eches unas risas incluso que distingas esta novela romántica adulta de tantas otras. Un personaje muy necesario.

Por último, un consejo, chicas.

Poned un jugador de hockey en vuestras vidas. Y si no es posible, al menos, que en vuestras librerías no falte este libro.

Puntuación:

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2 voces:

Cristina Bennet dijo...

Me ha gustado mucho tu reseña, y ya que pintas tan bien este libro se va derechito a mi lista :)

¡Un beso!
(y gracias jejeje)

Laura del Espino dijo...

Hola!! El primer comentario jeje...

Gracias por pasarte :) y sí, si tienes un hueco te recomiendo el libro no vas arrepentirte ;)

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